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Medicamentos para dejar de beber alcohol


Existen algunos fármacos, como los conocidos comercialmente como Colme y Antabús, que son medicamentos diseñados para producir reacciones adversas en el caso de que la persona que los ha tomado consuma alcohol.

La idea es disuadir a los pacientes de beber por el miedo a tener graves consecuencias debido a la reacción del alcohol con esos fármacos. Sin embargo, su efectividad se ve comprometida por diversos desafíos y limitaciones.


Medicamentos para dejar de beber alcohol

Aunque la intención que subyace al diseño de estos medicamentos para dejar de beber alcohol es clara, algunos pacientes encuentran formas de eludir sus efectos.


A veces se ponen a prueba a si mismos para ver qué es lo que sucede, y en algunas ocasiones, al arriesgarse y no experimentar reacciones adversas, se sienten seguros para seguir bebiendo a pesar de tomar el fármaco.


En otras ocasiones si que sienten fuertes efectos adversos, como les advirtieron al explicarle el modo de uso del fármaco, pero lo que suele suceder es que la mayoría deciden abandonar el medicamento, no el alcohol, cuando sienten deseos de beber, o cuando planean una ocasión especial para hacerlo, anulando así el propósito terapéutico del fármaco..


También hay que tener en cuenta la existencia de antídotos que anulan los efectos de estos medicamentos, lo cual permite a algunas personas seguir bebiendo sin restricciones, desafiando el propósito original del tratamiento y socavando la confianza en la eficacia de dichos fármacos.


Las personas adictas, cuando no tienen un sincero deseo de superar su adicción y de dejar de beber, son muy hábiles para encontrar soluciones "alternativas" que les permitan seguir haciéndolo, para desesperación de sus familiares y allegados.


Falacia de la Atribución al Medicamento


Pero desde mi punto de vista, el mayor error de planteamiento que hay con respecto al uso de estos fármacos es que , aquellos que los toman, y logran abstenerse de beber, atribuyen su éxito al efecto del medicamento, ignorando el cambio subyacente en su pensamiento y comportamiento.


Estos fármacos no tienen ningún efecto si la persona no ingiere alcohol, ya que reaccionan ante su presencia en la sangre, y por lo tanto, si una persona es capaz de mantenerse sin beber cuando toma el fármaco es porque pone en marcha unos mecanismos de afrontamiento propios, porque no hay ningún efecto químico que le ayude a cambiar de actitud, es solamente tu pensamiento, su creencia de que el riesgo para su salud y bienestar es muy alto si bebe habiendo tomado esos fármacos, lo que le hará evitar el consumo de alcohol, pero el mérito es suyo, no de la medicina.


En cambio, la percepción errónea de que es el medicamento el que le ha hecho dejar de beber dificulta la consolidación de las nuevas pautas de conducta que ha puesto en marcha y el reforzamiento de su autoestima y de su sensación de capacidad personal de resistir las tentaciones de beber alcohol.


Riesgo de Perpetuar Deseos Inconscientes de Beber


La creencia de que no se puede beber debido al medicamento suele alimentar inconscientemente el deseo de beber. A pesar de evitar el consumo por temor a los efectos del fármaco, muchos pacientes, al final, dejan de tomar el medicamento y recaen en la bebida, porque no se atribuyen a si mismos el mérito y la capacidad de haber cambiado de conducta.


La Terapia Especializada como Clave para la Recuperación


Superar la adicción implica aprender a abordar las situaciones asociadas al consumo de alcohol de manera diferente. En lugar de depender exclusivamente de medicamentos, una terapia especializada, como la ofrecida en el Programa Victoria, es fundamental para lograr cambios duraderos en el pensamiento y el comportamiento del paciente.


Bernardo Ruiz Victoria

Psicólogo Clínico


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