Un hombre con suerte. Testimonio de un paciente del Programa Victoria
Un breve relato, con muchas conclusiones
Testimonio de un paciente del Programa Victoria
Trata de la vida de una persona que nació en una familia acomodada; durante su infancia y juventud, no le faltaron medios para formarse en todos los aspectos, practicaba diversos deportes, era hábil con la mecánica y tenía capacidad para resolver problemas de distinto tipo. Disfrutaba de la vida.
Con 22 años empezó a tomar los mandos de su propia nave, a volar, en sentido figurado, a los 27 comenzó con maniobras acrobáticas, creía que lo tenía todo bajo control, cuando a los 30 se sorprendió con una caída en barrena, que solucionó. Estuvo a punto de costarle la vida. Por suerte tenía apoyos en su entorno que le ayudaron a continuar.
Cambio de nave, siguió adelante con su copiloto y tripulación, mantuvo un vuelo estable, ganaba altura poco a poco, y se confió.
A los 42 se trasladó de lugar de residencia, fue confiándose, se sobre valoró, y volvió a prescindir de su tripulación, y voló más y más. Corto la comunicación con la base aérea, eran unos pesados, todo el día bla, bla, bla. Practicó con más intensidad aquellas maniobras que tanto daño le habían causado. Apagó incluso el intercomunicador con su copiloto. Todos le resultaban molestos.
Las maniobras eran cada vez más arriesgadas, perdía el control de los mandos, recuperaba en el último instante. Creía, que si ya lo había solucionado una vez solo (no recordaba los apoyos), podría hacerlo más veces.
Retornaron las dudas, y de vez en cuando, conectaba la radio, y después de que le dieran soluciones que duraban un breve tiempo, se incomunicaba . Iba a lo suyo; Yo, Yo, Yo…. Y al resto que le den.
Con 49 años, el problema se fue agravando, entro en caída libre, no veía la luz, no tenía salidas, no podía controlar la nave, se apagaron los motores y tuvo un accidente.
No se llegó a matar porque le salto el paracaídas y llego a tierra maltrecho, le recogieron y cuidaron. Su copiloto desplegó el suyo y se salvó. Eso sí, le dejó claro qué en esas condiciones, no volvería a volar con él.
Sintió pánico, se asustó, y se dio cuenta de que necesitaba ayuda; Esta vez, y en la tierra, contactó con un gran equipo técnico y humano.
Cumplió los 50 rodeado de un grupo de excelentes pilotos con problemas similares. Y después de 10 días intensivos de formación y aprendizaje de nuevas técnicas, está en una nueva etapa de su vida, con ilusión, alegría y ánimo para resolver los problemas que causó.
Ahora ve luz, tiene claves, y junto a los pilotos de su promoción, forman un equipo digno de ver.
La comunicación se ha restablecido: Alta y Clara.
* Nota importante: Esta basado en mi vida, el equipo técnico es el del PROGRAMA VICTORIA, y el problema era el ALCOHOL y otras ADICCIONES.
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